sábado, 21 de mayo de 2011

Mármol



En ese edificio de mármol, construido por Augusto el chileno, se suponía que en ceremonia llamada “republicana”, un señor debía dar cuenta a la nación y no paro de hablar durante dos horas.

Le interrumpió primero una señora con muletas a nombre de los deudores habitacionales, pero los partidarios de la Alianza en el momento de los gritos de la señora tenían acordado aplaudir.

De esta forma el Ñor a veces apretaba los puños.Sentía que su voz rebotaba perfectamente por el mármol de carrara. Mientras reojeaba el discurso en arial 21y recordaba la muerte del senador Guzmán un diputado de Valdivia le dijo…Lorca ñor.

Entonces Arial 21 le replicó también diciendo la palabra Lorca y no se sabía o en su mente el significante de la palabra esta vez le rebotaba en su propio cerebro que ahora no quería saber nada con la corbata roja.

Lorca y su terremoto. Lorca Federico asesinado por las huestes del Duce pensó pero nada que ver y dijo Lorca, el socialista valdiviano desaparecido.

Bueno el momento de las Universidades y de la educación. Tenía anotado que el “negocio sin fines de lucro” pero le pareció una contradicción flagrante. Importante la educación pero sobre todo “el discurso” ( en ese instante recordando la pantalla encendida o una de las pantallas encendidas con la película del discurso del Rey.

Claro el Ñor no tenía los problemas que tenía el rey pero tenía una serie de tics incontrolables que se le fueron desatando cada cuarto de hora.

Hace exactamente hace un año donde Augusto se había repetido la misma escena aunque sin mucha producción.

El trauma del traspaso anterior en el mármol, con esa pequeña potente mujer de lentes… el año pasado, fanta, la corbata verde. Algo, un fantasma porteño le daba nombre al quinto tic.

También estaba el asunto del ministro/candidato Gol.

El sexto tic de la lástima que le daba no poder ser reelegido.

Una décima le dijo en su párpado en trance galopante que Gol le había hecho caso y se había vuelto de Juan Fernández donde estaba en campaña vacacional con su familia.

La cosa es que los cerca de mil mandarines reunidos en el palacio Mármol vivían una gran ópera de buenos ternos y blacberris en percusión inquieta, bien ajena a los jubilados de la plaza Oh.

Que lo único que querían que pasara luego la sobredosis de egolatría y volver a jugar escoba y escuchar a lucho Barrios y servirse un techito.

La idea de aplaudir se le había ocurrido a la ministra Ma.

Ustedes aplauden!, cada vez que uno de los la corbata verde se ponga a vociferar.

Ma recordaba con emoción cuando su padre y su talento le lanzaron al lugar adonde ahora está. Recordó a su padre entrando a la Moneda a fines del siglo pasado declarando a la tele que había ganado el NO.

Afortunadamente nadie se percató mucho de su leve pesar.

La cosa es que ahora era ella la que entraba a palacio pero en calidad de Ministra. Entraba al palacio donde a veces se les aparece Condorito en tridimensional y pasaban los HH a vuelo rasante pero esta vez sin arrojar bombas.

Muchos de los mandarines estaban allí y no estaban.

Pajareaban con sus llemas olorosas. El Ñor volvía a repetir la palabra Chile.Que el matrimonio era cosa de hombre y mujer. Que los hijos y Dios.Que necesitamos el agua que Endesa le robó a todos los Yaganes.

Supo que el 10% de los que asistían a la cueva de Mármol tendrían un efímero destello de desasosiego. Comprendieron que las promesas se las lleva el viento.

Apretar el acelerador del el ford negro y otro tuiteo en la pantalla cercana al discurso en papel le decía que su hermano N quería conversar una cosita.

Que su hijo había puesto que estaba a favor del rebelde tío Horbird.

Lo bueno es que ahora no tiembla y quiere llover pero no pasa nada.

E imagina que ya están en el mero Causiño saboreando un piscosauer peruano.

En otro parpadeo pensó que le gustaría no parar de hablar como hacen sin problema Hu.

Por el segundo celular comenzó a salir un gas con olor a sangre y jazmín.

No me queda+que despertar.

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